Ser una mujer de color en la industria tecnológica es una experiencia única, marcada por tanto factores raciales, así como de género. Como inmigrante peruana de una sociedad relativamente monolítica, al principio me centré más en las diferencias de género que en las raciales/étnicas en esta área.
Sin embargo, cuando me aventuré en el mundo de la tecnología en Estados Unidos, pronto me di cuenta de los retos e inseguridades que conlleva ser una minoría en una industria dominada predominantemente por hombres.
Siendo una mujer en la industria de la tecnología, a menudo me he encontrado luchando contra la inseguridad de parecer demasiado femenina, chica, simpática o amable en una industria históricamente percibida como un “club de hombres”. La presión para ajustarse a las normas masculinas puede ser desalentadora, lo que provoca dudas y limita el crecimiento personal.
El hecho de ser la única mujer en la sala, o la única persona de color, me llevó a una profunda introspección. Empecé a preguntarme por qué existía esa evidente brecha y a reflexionar sobre cómo cerrarla. Esta constatación alimentó mi determinación de marcar la diferencia y me sirvió de motor para fundar Papaya.
Papaya nació de la creencia de que las comunidades desfavorecidas merecen igualdad de oportunidades no sólo para existir, sino también para prosperar en los campos STEM. A través de esta plataforma, nos comprometemos a cerrar la brecha y garantizar que las personas de todos los orígenes tengan acceso a los recursos, el apoyo y las oportunidades necesarias para tener éxito en el área tecnológica.
Nuestro mercado de tutoría entre pares proporciona a los estudiantes de EE.UU. acceso a servicios de tutoría accesibles poniéndolos en contacto con tutores STEM emocionalmente inteligentes tanto en EE.UU. como en Latinoamérica, lo que permite a los tutores ganarse la vida.
Por otro lado, ser una mujer de color en la tecnología conlleva una serie de retos únicos, pero también aporta una perspectiva poderosa y la oportunidad de romper barreras. Debemos cuestionar la situación y desafiar las limitaciones que se nos imponen. Abrazando la diversidad y la inclusión, podemos crear una industria tecnológica que refleje realmente la riqueza de nuestra sociedad.
A través de Papaya, estamos facilitando el camino para que las comunidades desatendidas prosperen en STEM.
Juntos, podemos eliminar barreras, empoderar a los que aspiran a ser profesionales de la tecnología y construir un futuro más equitativo e inclusivo. Luchemos por cerrar la brecha, inspirar el cambio y crear una industria tecnológica en la que cada persona, independientemente de su origen, pueda alcanzar su máximo potencial.
Traducido por: Claudia García
