Las cosas no son nada fácil cuando se tiene una carrera estable en consultoría y decides empezar desde cero para lanzarte al incierto mundo de la iniciativa empresarial. En mi caso, la decisión no vino impulsada por el deseo de ser empresaria, sino por el arraigado propósito de marcar la diferencia en la vida de los estudiantes desatendidos.
Después de trabajar incansablemente durante mis años universitarios para mantenerme como estudiante inmigrante, conseguir un trabajo de consultoría me proporcionó la estabilidad financiera que tanto necesitaba. Los ingresos eran buenos y estaba agradecida por las oportunidades que me ofrecían. Sin embargo, pronto me di cuenta de que la vida era mucho más que mi seguridad económica.
Las experiencias que tuve como estudiante desatendida encendieron un fuego en mi interior. Me di cuenta de que mi propósito era asegurarme de que otros no tuvieran que pasar por las mismas dificultades que yo pasé. Esta vocación me impulsó a dar un salto de fe y aventurarme en el mundo empresarial.
Con mi propósito claro en la mente, fundé Papaya, una plataforma destinada a empoderar a los estudiantes desfavorecidos. La misión de Papaya es eliminar la brecha que los separa de las carreras STEM. A través de nuestro mercado de tutoría bilateral, somos capaces de eliminar el estigma y la falta de competencia cultural con la que se encuentran estos estudiantes al momento de cursar estudios superiores.
No fue una decisión fácil, pero sabía que el impacto que podía tener superaba con creces cualquier potencial riesgo.
La transición de una carrera estable de consultoría a la iniciativa empresarial trajo consigo muchos retos. El camino fue complicado, lleno de incertidumbre, noches sin dormir e innumerables obstáculos. Sin embargo, las recompensas han sido inconmensurables. Ser testigo del impacto positivo que Papaya ha tenido en las vidas de los estudiantes ha sido inmensamente gratificante. Así como también, reitero mi decisión y reafirmo mi propósito al verlos prosperar y superar los obstáculos.
Cabe resaltar que ese cambio no fue una decisión que tomé a la ligera. Esta fue impulsada por un propósito profundamente arraigado de ayudar a los estudiantes desatendidos y asegurarme de que no se enfrentan a las mismas luchas que yo. El camino ha sido difícil, pero el impacto ha sido sumamente gratificante.
Los animo a que escuchen su llamado interior y se atrevan a marcar la diferencia en el mundo. Cuando tu propósito se alinea con tu espíritu empresarial, pueden ocurrir cosas increíbles, transformando vidas y creando un futuro mejor para todos.
Traducido por: Claudia García